María Esther Mejía Lasso. Comunidad de Educadores para la Cultura Científica. IBERCIENCIA.
La educación es uno de los medios a través de los cuales las
sociedades pueden reorientar el desarrollo económico, científico,
tecnológico, político y humano. En particular Delors (1996) señala que
“la educación constituye un instrumento indispensable para que la
humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y
justicia” (p. 7).
Sin embargo desde hace más de doce años estudios realizados por el
Sistema Nacional de Medición y Evaluación de los Aprendizajes (SINEA,
1998) presentan resultados muy alarmantes acerca del rendimiento
estudiantil en todos los niveles, señala que el estudiante venezolano
presenta problemas en el área de Matemática y en lo que representa la
geometría en general se ubican en el nivel de no logro. Paralelamente
Gil, Blanco y Guerrero (2005) manifiestan que situaciones como estas
también se presentan en España, los estudiantes generan en su
desarrollo académico actitudes negativas hacia el aprendizaje de
matemática, y en numerosas ocasiones un rechazo total a esta asignatura,
causando un nivel académico bajo.
Igualmente estudios realizados por el Programa para la Evaluación
Internacional de Alumnos (PISA, 2003) consideran que existe un alto
índice de fracaso escolar en el área de matemática, siendo muchos los
estudiantes que generan actitudes negativas hacia la materia,
manifestando a veces aversión y hasta rechazo por esta disciplina, en
este sentido es posible observar como cada vez más investigadores en el
área de matemática consideran el aspecto emocional relevante dentro de
ésta área. Sin embargo Narváez (2014) considera que “la explicación de
las actitudes negativas y bajo rendimiento es mucho más complicada”
(p.1)
Específicamente en Venezuela esta situación ha hecho que el Gobierno
Nacional a través del Sistema Educativo Venezolano adopte políticas
educativas y diseños curriculares que buscan ajustarse a las exigencias
del nuevo milenio y a los cambios que requiere la sociedad actual,
donde es tan importante lo cognitivo como lo emocional. Bajo este
contexto es urgente que las instituciones impulsen y ejerciten en los
estudiantes las habilidades intelectuales, sociales, físicas y
emocionales respetando su propio proceso de aprendizaje, todo esto con
la intención de formar al ciudadano del mañana.
Cabe señalar el creciente interés por el estudio de la dimensión
emocional en el campo educativo, al respecto Extremera y
Fernández-Berrocal (2002) señalan que la inteligencia emocional se ha
insertado en el ámbito educativo como una vía para mejorar la formación
humanística, tecnológica y científica de los estudiantes, de allí la
importancia que el docente no solo se limite a impartir conocimientos.
El Informe Delors (1996) reconoce que la educación emocional es el
componente imprescindible en el desarrollo cognoscitivo y además una
herramienta esencial para la prevención de los tantos problemas que
tienen su origen en el ámbito. En este sentido la educación emocional
tiene como objetivo ayudar a los estudiantes a descubrir, conocer y
regular sus emociones e incorporarlas como competencias.
En el caso de la educación en el área de matemática lo emocional es
crucial, Gil, Blanco y Guerrero (2005) señalan al respecto que lo
emotivo de los estudiantes es la clave al tratar de entender sus
actitudes hacia la matemática. Además la relación entre los afectos y
el aprendizaje de esta área es cíclica, es decir por una parte la
experiencia que adquiere el estudiante al aprender matemática provoca
en él distintas emociones que influyen en la formación de sus creencias
hacia la matemática; y por otra parte las creencias en relación con la
matemática que posee el estudiante tiene consecuencia directa en su
conducta en situaciones de aprendizaje y en su capacidad para
cultivarse. Chacón (2000) con respecto al fracaso de los estudiantes en
el área de matemática considera que esto se debe a sus creencias sobre
el gusto por la matemática. Por ello insiste en la importancia de
disponer de un conjunto de estrategias didácticas en lo que la
dimensión afectiva y cognitiva estén íntimamente relacionadas.
Igualmente Estrada (2002), menciona que la relación entre lo afectivo y
el aprendizaje no van en un solo sentido, puesto que los afectos
determinan la conducta y la capacidad de aprender y viceversa; es decir
el proceso de aprendizaje provoca reacciones afectivas.
En este orden de ideas los docentes deben desarrollar en los
estudiantes, además de las capacidades intelectuales, las capacidades
emocionales, es decir atenderlos de una manera integral. Delors (1996)
señalaba que los aprendizajes aprender a conocer, y aprender a hacer,
conducen a la formación tanto intelectual como a la incorporación en el
mundo del trabajo. Y por otro lado aprender a ser y aprender a vivir
juntos, tienen como propósito desarrollar las potencialidades
elementales de la inteligencia emocional. Si todo esto se logra la nueva
sociedad contará con estudiantes responsables de sí mismos, creativos
para resolver cualquier situación, responsables de sus decisiones,
innovadores, en fin emocionalmente inteligentes.
En este sentido la Educación Media, deberá abarcar todos los
elementos del saber necesarios para acceder a otros niveles del
conocimiento. La enseñanza de la Matemática tiene como una de sus
funciones ser formadora y desde esta perspectiva la geometría despierta
la curiosidad, estimula la creatividad, desarrolla el sentido de la
observación a través de la visualización; promueve la comprensión y
captación de lo espacial; así como también propiciar en cada estudiante
la oportunidad de modelar libremente su propia vida y participar en la
sociedad en constante cambio.
Por otro lado es necesario señalar que todos los contenidos de
matemática son importantes para el desarrollo de habilidades de
pensamiento, sin embargo el pilar fundamental de la misma es la
resolución de problemas, pues constituye una herramienta didáctica muy
potente para desarrollar las competencias en los estudiantes.
Díaz Godino, y otros (2009), reconocen el papel fundamental que
tiene la resolución de problemas como método de enseñanza, en función
del desarrollo de competencias en la actividad matemática, teniendo en
cuenta algunos aspectos del enfoque ontosemiótico. Desde su punto de
vista, el docente debe seleccionar y reelaborar los problemas
matemáticos idóneos para los escolares, usando los recursos apropiados;
definir, enunciar y justificar los conceptos y procedimientos,
teniendo en cuenta las nociones previas; implementar un conjunto de
acciones didáctica, que permitan optimizar el aprendizaje; conocer las
aportaciones teóricas realizadas a la Educación Matemática; y
desarrollar una actitud positiva hacia la enseñanza de las matemáticas,
de modo que se valore tanto su papel formativo como su utilidad.
Referencias Bibliográficas
Delors, J. (1996). La Educación Encierra un Tesoro. Ediciones de la UNESCO, México, [Documento en línea] Disponible: http://unesdoc.unesco.org/images/ [Consulta: 2010, Marzo 22]
Díaz Godino, J y Batanero, C. (2009). Formación de profesores de
matemáticas basada en la reflexión guiada sobre la práctica.
Departamento de Didáctica de la Matemática. Universidad de Granada.
[Artículo en línea]. Disponible: http://www.ugr.es/locl/jgodino. [Consulta: 2012, Junio 10]
Estrada, A. (2002). Análisis de las actitudes y conocimientos
estadísticos elementales en la formación del profesorado. Tesis
doctoral en didáctica de las Matemáticas. Universidad Autónoma de
Barcelona.
Extremera N. y Fernández-Berrocal, P. (2002). La
importancia de desarrollar la inteligencia emocional en el profesorado.
[Página Web en línea]. Disponible: URL: www.Ua.es/dpto/dspee/estudios/otros/ La%20importancia%20de% desarrollar%20la% [Consulta: 2010, mayo 12].
Gil, N; Blanco, L y Guerrero, E. (2005). El dominio afectivo en el
aprendizaje de la Matemática: una descripción de sus descriptores
básicos. Revista Iberoamericana de Educación Matemática. España
Gómez-Chacón, I. (2000). Matemática Emocional: Los afectos en el aprendizaje matemático. Madrid: Narcea, S. A. Ediciones.
Narváez, G. (2014). En la enseñanza-aprendizaje de la matemática: ¡No
eres tú, soy yo! IBERCIENCIA. Comunidad de Educadores para la Cultura
Científica. [Artículo en línea] Disponible: http://www.oei.es/divulgacioncientifica/?En-la-ensenanza-aprendizaje [Consulta: 2014, febrero 27]
Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, 2003).
Aprender para el mundo del mañana. [Documento en línea]. Disponible: http://www.oecd.org/pisa/39732. [Consulta: 2012, enero 17]
Sistema Nacional de Medición y Evaluación de los Aprendizajes.
(SINEA, 1998). Ministerio de Educación. Informe para el docente.
Caracas: Bodoniana.
Breve currículo de la Lic. María Esther Mejía Lasso Caracas-Venezuela
Licenciada
en Educación. Mención Matemática. Universidad “Central de Venezuela”.
Especialista en Planificación y Evaluación de la Educación. Universidad
“Santa María”. Diplomado en Investigación. Universidad Pedagógica
Experimental Libertador. Instituto de Mejoramiento Profesional del
Magisterio. Magíster en Educación. Mención Enseñanza de la Matemática
Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Diplomado Formación de
Educadores Populares. Facultad de Educación de la Pontificia
Universidad Javeriana (Bogotá-Colombia) y la Federación Internacional
Fe y Alegría. Estudiante del Doctorado en Innovaciones Educativas.
(Tesis) Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada Nacional.
Participante activa de Cursos-Talleres-Congresos.
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