domingo, 2 de febrero de 2014

No somos los mismos desde que estamos en las redes sociales

Ma. Graciela García. IBERCIENCIA. Comunidad de educadores para la cultura científica
En la sociedad del conocimiento en que vivimos, aprender no está restringido al horario escolar, sino que por el contrario, cada individuo puede aprender de muchas maneras, siguiendo sus propios intereses y también en diferentes espacios y tiempos.

A partir de mi experiencia docente he constatado que los estudiantes presentan una gran dicotomía frente al uso de la tecnología, tienden a utilizar con idoneidad los programas para bajar películas o música, se comunican con sus pares mediante correo, Facebook, etc. Pero no sucede lo mismo cuando necesitan enfocar este uso en el desarrollo de habilidades más específicas que les permitan seleccionar y utilizar con criterio la información que encuentran en la red, tampoco se sienten seguros cuando deben navegar en las páginas interactivas de asignaturas específicas y, menos aún, si éstas presentan autoevaluaciones.
 Internet les ofrece una amplia gama de información de casi todas las temáticas que se quieran indagar, pero no les dice cómo buscar, seleccionar, aceptar o rechazar. Es en el nuevo contexto en el que tanto docentes como estudiantes debemos de asumir la responsabilidad de contrastar la información con los conocimientos, generando conflictos cognitivos, discusiones y reflexiones críticas.
 La red debe constituir un espacio favorable para la reflexión y para la crítica entre sus integrantes, estimulando el debate respecto a ideas, prácticas y propuestas, así como también el desarrollo del razonamiento lógico y de la capacidad de análisis, lo que permitirá el desarrollo de alternativas frente a los problemas planteados.
 Inmersos en un mundo tecnológico donde la ubicuidad de la era 2.0 influye en los diferentes componentes de su educación a saber los jóvenes tienen una vida social que necesariamente está mediada por las pantallas múltiples, este nuevo contexto de hiperconectividad hace que cambie la forma de comunicarse, de divertirse, y por supuesto de formarse.
Es así que las redes sociales educativas intentan utilizar las facilidades que brindan las redes sociales para gestionar los conocimientos y el aprendizaje permitiendo que los contenidos adquieran otra relevancia.
Las redes sociales constituyen una nueva forma de interactuar que permiten publicar sin intermediarios cualquier tipo de información y a su vez obtener respuestas inmediatas. Todo este conocimiento colectivo generado, necesita ser gestionado para favorecer el desarrollo de nuevas formas de pensamiento que permitan responder con soluciones creativas a una realidad que es cada vez más compleja.

Fuente: oei.es/divulgacioncientifica

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